La hemodiálisis se considera un tratamiento especializado y que conlleva algunas veces riesgo y efectos adversos indeseables, entre los más importantes y frecuentes se encuentran los siguientes:

• Alteración de la presión arterial: pueden presentarse ambos extremos, en ocasiones la presión arterial puede bajar y provocar algunos síntomas como mareo, debilidad, malestar general; habitualmente este problema se resuelve fácilmente por el personal capacitado. Por otro lado, también puede existir un incremento de la presión arterial, el cual deberá ser controlado algunas veces con ajustes en la medicación.
• Calambres: en ocasiones pueden presentarse calambres musculares, que si bien no son un dato de gravedad, pueden ser bastante molestos; existen estrategias para disminuir su frecuencia y para suprimirlos.
• Infección del acceso vascular: algunas veces se presenta infección del catéter venoso central que se utiliza para realizar la hemodiálisis, en este caso debe tratarse con antibióticos y en la mayoría de los casos, con el retiro del catéter y reemplazo con uno nuevo.
• Hipoglucemia: también puede haber descensos significativos de los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre; problema que se resuelve con relativa facilidad.
• Malestar general y debilidad: en ocasiones, especialmente en las primeras semanas de tratamiento puede existir debilidad excesiva posterior a las hemodiálisis, si esto se presenta se debe verificar con detalle cada prescripción para tratare mejorar la adaptación de la máquina; por lo general con el paso de las sesiones los síntomas disminuyen.